Muchos de los primeros inversores en Bitcoin se enriquecieron, algunos de ellos han invertido sus fortunas en crear plataformas para el uso de la criptomoneda y han sido embajadores de las ventajas que representa, otros tantos minaron Bitcoins cuando todavía era un fenómeno curioso y con el tiempo borraron sus carteras o perdieron sus claves. Conoce algunas de las historias de éxito de Bitcoin, sin duda se subieron al tren en el momento adecuado.
El noruego Kristoffer Koch, invirtió 27$ en Bitcoins en el año 2009, en aquel momento pudo adquirir 5000 Bitcoins al cambio, a los que no daba apenes valor. Con el tiempo olvidó la inversión y no fue hasta el año 2013 donde se produjo el ascenso de la más conocida criptomoneda, cuando recordó que aún guardaba esos 5000 Bitcoins. Su sorpresa fue mayor al consultar el cambio en ese momento y descubrir que sus 27$ se habían convertido en 886,660$.
En el año 2010 Jered Kenna borró accidentalmente la friolera de 800 Bitcoins de su ordenador personal. Compró su primer lote de Bitcoins cuando el precio rondaba los 20 centavos de dolar. Declaró que después de todo no estaba molesto, porque aún tubo tiempo de comprar algunos Bitcoins más. No quiere revelar a cuanto asciende la suma, pero si no le molestó la pérdida de 800 Bitcoins, será porque acabo poseyendo muchos más. Jered dice: “Estoy feliz de ser considerado miembro del club de los millonarios Bitcoin”.
Charlie Shrem descubrió Bitcoins en una página web a principios de 2011, cursando el último año en el Brooklyn College. Shrem no se dedicó a la minería cómo mucha gente al principio, pero compró en la plataforma Tradehill. Su primera adquisición fue de 500 criptomonedas en un valor de 3$ a 4$ cada una; compró miles más cuando el precio llegó a los 20$. Todavía estudiando en la universidad, fundó “Bitinstant”, una empresa que facilita a sus clientes comprar y hacer compras con Bitcoins en más de 700,000 localidades. Desde entonces Shrem lleva un anillo grabado con un código que le da acceso al monedero electrónico en su ordenador. Sus amigos le toman el pelo diciendo que un ladrón podría cortarle el dedo y robarle el anillo raiz de eso le apodaron “cuatro dedos de Charlie”, dice Shrem.